Nuestros padres Jose Javier y Maria Puy decidieron emprender en 1982, el año de ‘Naranjito’. En ese año España se ilusionaba con el mundial de fútbol mientras las crisis del petróleo de finales de los 70 nos daban de lleno. Elevaban la cifra de paro por encima del 20% y con una media anual del 15% de inflación, fueron años complicados para iniciar un negocio. Pinturas Echavarri salió adelante sorteando las crisis que se pusieron por delante, que en el final del siglo XX fueron varias y cruentas. Con mucho trabajo se fueron sobrepasando las adversidades. Eran tiempos en los que una sociedad limitada se abría y se cerraba tan fácilmente como una lata de pintura. Pero a pesar de todo, y de los importantes cambios que supusieron crisis como la de 1992, en los que la empresa vivió años verdaderamente duros por la situación económica de cierre de varias empresas que afectaron negativamente al desarrollo y evolución de Pinturas Echavarri, la familia consiguió mantener a flote la empresa y dejar una herencia que, hoy en día, sigue funcionando con el mismo compromiso y calidad de siempre.